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¿Qué es la ansiedad social y por qué se produce?

En el artículo sobre la función de las emociones negativas, ya comentaba que la ansiedad es un proceso natural y adaptativo, y que ayuda a garantizar la supervivencia de la especie. En cambio, la consideraremos como patológica cuando aparecen ante situaciones que no son peligrosas o en las que no se presenta ninguna amenaza.

Por tanto, ¿cómo es posible que alguien desarrolle un miedo intenso ante situaciones que la mayoría consideramos inocuas o incluso agradables? La respuesta está en nuestras experiencias.

Imaginemos una persona que conduce a diario y que además disfruta haciéndolo. Un día, de repente, tiene un accidente. Sale ileso del accidente, pero se asusta mucho.  A los pocos días vuelve a coger el coche para salir a trabajar, pero en cuanto empieza a conducir, su cabeza se llena de pensamientos del tipo “y si tengo un accidente y salgo gravemente herido” y de imágenes terribles en las que sufre un sangriento accidente. Su cuerpo empieza a reaccionar, la respiración se acelera, el corazón empieza a bombear muy rápido, comienza a temblar… hasta que llega un momento en el que no tiene otra opción que parar el coche y bajarse. Esta persona habrá adquirido una fobia a conducir.

Cuando una persona sufre un trastorno de ansiedad, por lo general es porque ha experimentado situaciones que ha acabado asociando como peligrosas.

En algunos casos, el proceso de aprendizaje es tan claro como el del ejemplo del conductor, en cambio, en otros casos, este aprendizaje en vez de haber sido adquirido a través de una situación en particular, ha sido el resultado de un mayor número de experiencias que pueden haber ocurrido a lo largo de varios años.

En el caso de la ansiedad social, el proceso es muy similar, y puede ser debida a los siguientes factores:

  • Malos modelos de habilidad social

Conforme vamos creciendo, vamos aprendiendo a relacionarnos socialmente a partir de los que vemos en nuestras figuras de referencia (amigos, familiares, padres,…), pero si éstos no ofrecen un modelo claro y eficaz, no suelen comunicarse de una forma abierta el niño criado en este ambiente podría desarrollar dificultades para establecer unas relaciones sociales adecuadas o para expresarse con soltura a ciertos niveles, como por ejemplo, a nivel emocional.

  • Situaciones traumáticas o desagradables

Experimentar un intenso malestar ante una situación social también puede ser el inicio de la ansiedad social. Imaginemos un estudiante que debe hacer una presentación en clase, comienza a ponerse nervioso mientras habla, escucha alguna risa de algunos de sus compañeros, y acaba viviendo esa situación como algo muy vergonzoso. A partir de este momento es posible que cada vez que se tenga que enfrentar a alguna situación similar, empiece a experimentar una elevada ansiedad.

  • Aprendizaje de creencias disfuncionales

A lo largo de nuestra vida vamos aprendiendo una serie de ideas o creencias que nos ayudan a crecer y evolucionar. Las aprendemos desde nuestros padres, amigos, libros, películas y a través de muchas otras experiencias. A partir de este conjunto de creencias, interpretamos las situaciones de una determinada manera, emitiendo juicios y valoraciones, acerca de nosotros mismos, de los demás, de la vida, etc. Sin embargo, en algunos casos se tienen ideas excesivamente rígidas, basadas en la autoexigencia, en la necesidad de ser aceptado, de no defraudar…( debo de hacer bien todo lo que hago, debo ser aceptado por todos, si no hago las cosas bien no me valorarán, si me muestro nervioso se reirán de mi y me rechazarán, etc), y es entonces cuando pueden generar problemas emocionales.

  • Aprendizaje por consecuencias

La educación a veces puede ser muy rígida, ya sea por parte del colegio o por parte de los padres u otros adultos. Si a un niño desde pequeño se le enseña que no debe contradecir a sus “superiores”, no puede mostrar su desacuerdo o su malestar, no tiene ningún tipo de capacidad de decisión sobre lo que no le gusta, ya que si lo hace recibirá un castigo, probablemente aprenda un estilo comunicativo muy poco saludable en el que sus intereses estarán supeditados a los de otros y se convertirá en un adulto con importantes miedos sociales.

  • Otros aprendizajes

Otra causa del origen de los miedos sociales es la falta de autoestima. De hecho es bastante común escontrar esta problemática en gente con ansiedad social. Es lógico, una persona que no se gusta a sí misma, pensará que no va a gustar a los demás, y eso hará que evite situaciones sociales.

En resumen, existen varios factores que pueden producir la ansiedad social, por tanto es importante realizar una correcta evaluación para descubrir las causas y así poder proponer el tratamiento terapéutico que se adapte más a cada caso. Aunque afortunadamente, hoy en día existen técnicas para solventar el problema con eficacia.

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Sergio Asunción Martínez
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